Diseño para la expresión: cómo el material artístico de los niños debe reflejar su forma de crear

Cuando los niños hacen arte, no sólo involucran sus manos y mentes, sino todo su cuerpo.
Hacer arte es una actividad motora fina y gruesa que requiere no solo la destreza para sostener un pincel sino también la libertad de moverse, alcanzar, agacharse, estirarse e inclinarse. Y, sin embargo, con demasiada frecuencia, el diseño de los equipos de arte para niños, como caballetes, mesas, taburetes, sillas y estaciones de trabajo, no se adaptan a este proceso de creación en toda su extensión y, al hacerlo, limitan no solo su proceso creativo, sino también su capacidad de acción.
El movimiento es parte del proceso creativo

A diferencia de los adultos, los niños no suelen permanecer sentados ordenadamente en un escritorio durante horas. Se mueven constantemente mientras trabajan. Un niño puede preferir arrodillarse en el suelo, otro puede estar de pie y balancearse mientras dibuja, mientras que otro se inclina tanto sobre la mesa que prácticamente se acuesta sobre ella. Estas posturas no son solo inquietud, sino que son fundamentales para que los niños experimenten y controlen sus herramientas y materiales.
La escala, la orientación y la libertad de movimiento en la creación artística influyen en la obra final y, aún más importante, en el propio proceso creativo. Por ello, el equipo diseñado para la creación artística infantil debe ser más que un simple accesorio para niños; debe estar centrado en ellos.
Repensando el mobiliario artístico para niños
Tomemos como ejemplo el caballete, un elemento básico en cualquier aula o estudio de arte. Con demasiada frecuencia, se construye como una versión reducida de un modelo para adultos, con una única altura y un ángulo fijo. Sin embargo, la estatura, la capacidad y la movilidad de los niños varían considerablemente, y la forma en que un niño interactúa con un caballete puede ser completamente diferente a la de otro. Un caballete ideal debería permitir ajustes, no solo de altura, sino también de inclinación y estabilidad, para que se adapte al niño, y no al revés.

Las mesas también necesitan un replanteamiento. Las mesas rectangulares tradicionales con sillas a juego implican una quietud que rara vez se da en el trabajo creativo. Un enfoque más flexible podría incluir mesas de diferentes alturas, algunas superficies en ángulo e incluso espacios en el suelo con portapapeles o tapetes para los niños que prefieren trabajar a poca altura.
A los niños les gusta viajar y crear, por lo que tener algo que puedan usar en un automóvil, o un caballete desmontable que puedan usar en el piso, o incluso llevar afuera, son formas prácticas de alentar y complementar una actividad favorita.
Es importante que el diseño inclusivo considere a los niños con todas las capacidades físicas. Para algunos, alcanzar un caballete alto no solo es un desafío, sino una barrera. El equipo adaptativo que considera diferentes rangos de movimiento, fuerza de agarre y necesidades posturales garantiza que más niños puedan participar plenamente. No se trata solo de accesibilidad, sino de equidad en la expresión.
También debemos pensar en los materiales en sí. La pintura gotea. La arcilla resiste. Los rotuladores se deslizan o se enganchan según la superficie. Cuando los niños pueden reposicionarse físicamente en relación con el material, aprenden más sobre sus propiedades y cómo usarlo. La creación artística se convierte no solo en un proceso visual o intelectual, sino en un proceso táctil y corporal.

Creando espacio para la creación de los niños
En definitiva, el objetivo de cualquier espacio artístico infantil debe ser fomentar la exploración. Esto significa crear entornos donde el movimiento sea bienvenido, no restringido. Donde los niños puedan ensuciarse, encontrar su ritmo y descubrir cómo prefieren involucrarse en el proceso creativo.
Los equipos artísticos deben ser herramientas de empoderamiento, no de restricciones.
Al diseñar para la creación artística infantil, no solo proporcionamos espacios para sentarse o pararse. Creamos las condiciones para que la imaginación prospere. Al reconocer y honrar las múltiples maneras en que los niños usan su cuerpo al crear, damos cabida a todo tipo de artistas y de arte.